1. Ingerimos unos
3 kilos de residuos químicos al año en las frutas y verduras que comemos. Se
pueden llegar a detectar incluso en el cordón umbilical de los bebés.
2. En los cultivos
ecológicos se abona la tierra y se combaten las plagas de forma natural. Es por
lo tanto un tipo de cultivo que aparte de beneficiar nuestro cuerpo, también
cuida el medioambiente.
3. La comida
ecológica contiene menos agua y más nutrientes que la convencional.
4. Deberíamos
consumir alimentos frescos cerca de donde son producidos y que sean de
temporada.
5. Lo ideal sería
rechazar los potenciadores de sabor y elegir productos que lo tengan de forma
natural y elegir de esta manera (por su sabor) y no por la apariencia que tengan
los productos.
6. Evitar por
todos los medios la comida preparada, precocinada, envasada y etc etc... ya que
aportan numerosas sustancias nada beneficiosas para nuestro organismo. Mejor
apostemos por la comida natural.
7. No todo lo que
tiene buen sabor, es bueno para nuestro organismo.
8. En las granjas de vacuno y carne blanca ecológicas, no
se les administra ningún tipo de medicamento artificial ni antibiótico para que
crezcan más rápido ni para prevenir enfermedades.