En estos días que corren encontrar trabajo es complicado. Pero más complicado es aún encontrar un “buen trabajo”.
Entendemos por “buen trabajo” aquel en el que te pagan todos los meses, no te obligan a meter horas, te tratan como a un ser humano y no te engañan haciéndote realizar funciones que no te corresponden.
Esto, que es obvio y debería ser lo más normal del mundo, escasea.
Los trabajos se han vuelto tan “basura” que sólo merecen ser
reciclados, no hace falta más que ojear las escasas ofertas laborales para
darse cuenta de todo lo que piden y lo poco que ofrecen.
Llama la atención que cada vez se utilicen más frases hechas
del tipo: “Se busca administrativo con alta tolerancia al estrés” o “persona
acostumbrada a trabajar bajo presión”.
También está viniendo a ser cada vez más normal el engaño en
las ofertas. La letra pequeña no se especifica. Tú solicitas una plaza vacante
en el Departamento de Ventas como coordinador de grupo, y después te enteras de
que en realidad quieren que vendas seguros en las puertas de las casas y que
además coordines al resto de compañeros para que podáis entrar el máximo de
personas en un coche de forma legal.
Ha subido también de forma alarmante el número de trabajos que te ofrecen contrato mercantil, todo para ahorrarse un dinero con sus trabajadores, o los sueldos variables, o los que te obligan a pasar por un mes de formación no retribuida antes de incorporarte al trabajo.
Esto está cada vez peor.
Es triste pero cierto, porque el
mundo, tal y como lo hemos conocido hasta ahora, ha cambiado.