Partiendo de la máxima de que una vida
más sencilla es una vida más rica, (para más información: VIVIR MÁS CON MENOS)
diremos que esto es bastante más sencillo de lo que puede parecer.
Evita las posibles deudas
Antes de hipotecar tu vida,
piénsatelo dos veces y ten en cuenta todos los aspectos.
Haz número y revisa todos los
posibles cambios que se puedan dar, el tiempo que vas a tener que estar
pagando, las posibilidades de amortizarla antes y los intereses que vas a tener
que pagar. Si tienes dudas o no estás seguro, no dudes en buscar otra
alternativa: alquilar, compartir, esperar... etc.
Las deudas sólo van a conseguir
que pierdas independencia económica y que tengas muchos más gastos, por eso es
importante hacer las cosas convencido.
Mueve tu dinero
No se trata de coger un fajo y agitarlo,
se trata de encontrar la máxima rentabilidad (segura) y aprovecharla. Retira de
un sueldo una cantidad fija cada mes, y métela en una cuenta que te ofrezca
rentabilidad.
Hay entidades que te pagan intereses sólo
ingresar tu dinero y con total disponibilidad para sacarlo cuando necesites.
Sin penalizaciones, sin comisiones y sin riesgos.
Estas entidades son:
- ING
- Openbank
- Ibanesto
ING tiene pocas, pero funcionan bien y
Openbank no lo sé, la verdad es que no las he necesitado. Con Ibanesto sin
embargo, ocurre una cosa curiosa: cuando contratas algo con Ibanesto enseguida
te dicen que para cualquier cosa tienes a tu disponibilidad las oficinas
Banesto (de hecho, lo pone en el contrato), pero cuando te personas allí con
algún problema, sencillamente no te atienden. Así de fuerte y de cierto. Sólo
procedieron a darme atención después de poner un par de quejas, pero con lo que
tardan estas cosas, os podeis suponer que para entonces ya me había buscado la
vida por mi cuenta.
Estas compañías funcionan como las de teléfonos. Sólo te hacen buenas ofertas cuando te vas, o cuando ya te has ido. No tengas miedo de hacerlo, funcionan así.