Si te sientes agotado y estresado cuando trabajas, quizá sea el momento de analizar si tus rutinas diarias tienen algo que ver en eso, y no sólo el excesivo volumen de trabajo como habías pensado…
- Haz un listado de las tareas que tienes pendientes y organízalas en tu horario. Las tareas más duras, mejor a primera hora, porque estamos más frescos, y porque cuanto antes nos las quitemos de encima, mejor.
- Haz las cosas siempre lo mejor que puedas y no olvides celebrar tus éxitos, que siempre estamos acostumbrados a machacarnos con los fracasos y esto no debe ser así.
- Mantén tu lugar de trabajo ordenado y organizado, esto hará que trabajes con mayor comodidad y que no pierdas tiempo buscando cosas que no vas a encontrar.
- Prioriza tus tareas en
orden de importancia, y no dramatices, que no se acaba el mundo si algo no
está “para ayer”.
- Para ser productivo en tu trabajo tendrás que decir “no” a algunas tareas o delegárselas a otra persona. Si haces más de lo que puedes y dices “si” a todo, tu calidad será inferior.
- Descansa y respira. Así se trabaja mejor, tómate un tiempo para relajarte siempre que lo necesites, así serás más productivo.
- Cuídate y quiérete a ti mismo. Subirá tu autoestima, ganarás seguridad y trabajarás mejor. Duerme bien, aliméntate bien y mantente activo a diario practicando algún tipo de ejercicio físico.
- Mantén una actitud positiva ante la vida. Haz cosas que te gusten y rodéate de gente con la que estés agusto y que aporten algo bueno.
- No hagas montañas de granitos de arena. Relativiza y se objetivo con el trabajo, no lo sobredimensiones.
- Céntrate en las cosas que sabes que son realmente importantes y minimiza las pérdidas de tiempo que ejercicios que no sirven para nada. Es mejor hacer bien una tarea una vez aunque sea más costosa, que la misma tareas tres veces aunque sea rápido. Economiza esfuerzos y gasta tu energía en lo que de verdad merece la pena.
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