En Estados Unidos son pioneros de este nuevo
concepto de consumo, en el que es el cliente es quien pone los precios y paga
lo que considera que vale la comida y el servicio recibido.
Los españoles, según Eurostat, somos los europeos que más salimos a comer fuera, lo que nos supone un 15% de nuestro gasto doméstico.
Los españoles, según Eurostat, somos los europeos que más salimos a comer fuera, lo que nos supone un 15% de nuestro gasto doméstico.
No sabemos si este tipo de negocio podría funcionar aquí,
por dos motivos:
En primer lugar no sería muy beneficioso para nuestra salud, porque con toda probabilidad comeríamos muy por encima de lo que necesitamos para estar “bien” alimentados, ya que no hay más que ver las cantidades inmensas de comida que se ingieren en los buffets libres.
En segundo lugar, no sabemos hasta qué punto el consumidor
pagaría un precio “justo”.