Cuando haces obras en la casa, o simplemente cuando te estás instalando, tienes muchas cosas que comprar para acondicionar el sitio, y muchas veces lo último que solemos poner son las cortinas.
Mientras vivas en un
sitio con espacio no es demasiado problema, pero si vives en una ciudad y el
vecino de enfrente vive a menos de 10 metros, puede ser un problema, sobre todo
a las noches cuando están las luces encendidas. Ya que tus vecinos tendrás
(quieran o no) una panorámica completa de tu casa.
Lo que planteo es una solución temporal para poder vivir
tranquila, con luz natural pero protegida de miradas ajenas.
Material:
Material:
- Tijeras
- Celo (preferiblemente el llamado celo blanco, que tiene menos pegamento)
- Hojas grandes: puede ser papel de seda, de embalar, de regalo... yo he usado papel de periódico.
Elaboración:
Pegamos en la ventana con un poco de celo las hojas de papel cubriendo el cristal en su totalidad. Con ayuda de unas tijeras, y un poco de paciencia, iremos realizando cortes en el papel a modo de flecos.
Lo podemos
hacer de diferentes anchuras o todos igual. El efecto será bastante diferente,
mientras más flecos hagamos, más luz natural entrará.
Cuando tengamos que retirar las cortinas provisionales, es
posible que el celo deje algo de pegamento (todo dependerá del tipo de celo que
usemos), para limpiarlo bastará con frotar suavemente con un paño con alcohol o
con acetona.