Vivimos en una constante cultura del ruido, que afecta al derecho al descanso que todos tenemos. Para cualquier tipo de celebración parece indispensable hacer ruido, y cuanto más mejor. Las molestias que generan el ruido pueden y deben ser evitadas.
El abuso de la pirotecnia es un problema para todos, seamos
conscientes de ello o no, y siendo algo tan importante, no se entiende la
permisividad actual por parte de las autoridades.
La pirotecnia no es ningún juego de niños, aunque muchas
veces ellos sean los principales usuarios, y a continuación te detallamos
porqué.
Contaminación química
La pirotecnia es mucho más que pólvora, incluye metales
pesados tóxicos y carcinógenos. Respirar las sustancias en estado gaseoso que
se desprenden de la ésta al ser quemada, afecta a nuestros pulmones y aparato
respiratorio, especialmente a los afectados por asma, toroides, problemas
cardiovasculares o determinadas alergias. En niños, las consecuencias pueden
llegar incluso a ser irreversibles o permanentes.
Contaminación
acústica
El ruido de un solo cohete o petardo, que puede
alcanzar hasta los 190 decibelios, puede provocarnos graves lesiones de oído. Si
se lanzan más de una unidad a la vez, algo muy frecuente en días festivos, los
niveles de ruido se multiplican. Si a esto añadimos localizaciones donde el ruido
“rebota” contra alguna pared, se puede convertir en un auténtico infierno
auditivo. La OMS, Organización Mundial de la Salud, dice que el límite máximo aceptable
de ruido para nuestra salud son 65 decibelios.
Accidentes comunes
La falta de responsabilidad a la hora de echar petardos,
puede ocasionar accidentes que pueden ir desde quemaduras leves, hasta
amputaciones de dedos y manos, o incluso pérdida de órganos (ojos, dientes…)
Ansiedad y estrés
Si para una persona
adulta y sana es molesto escuchar el sonido de petardos y cohetes uno tras
otro, imagina lo que den sentir las personas de colectivos vulnerables al ruido.
Las personas con epilepsia y autismo frecuentemente sufren
ataques de ansiedad y estrés extremo ante estas situaciones, debido a su
hipersensibilidad sensorial, llegando a tener que ser hospitalizadas en muchos
casos.
Las personas mayores, enfermos, bebés y niños, también sufren especialmente con este
tipo de prácticas.
Los animales
Sufren ataques de pánico, temblores, reacciones de pánico y
angustia, taquicardias… en algunos casos incluso paros cardiacos y muerte. Las
aves son en general los animales que más gravemente acusan estos problemas,
aunque también perros, gatos, y todos aquellos animales de oído sensible.
Convivencia ciudadana
Lo que para unas personas es tradición y fiesta, para otras
se convierte en un auténtico infierno, una tortura. El derecho al descanso y a
la tranquilidad desaparece en cuento la pirotecnia entra en juego, y somos
muchas las personas que debemos abandonar nuestras casas e ir a otro sitio para
poder descansar.
A pesar de todos los problemas que ocasiona la pirotecnia,
la legislación actual lo deja en manos de las ordenanzas munipales, y son pocos
los ayuntamientos que cuentan con una regulación específica. La normativa
existente a nivel estatal y autonómico no es suficiente, y además no se cumple.
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#PirotecniaRegulada
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