A pesar de que el tiempo es un indicador de la calidad de vida, los estudios sobre pobreza de tiempo no son muy frecuentes.
Se considera que las personas que tienen menos de tres horas de ocio al día con pobres en tiempo. Estamos demasiado ocupados día tras día realizando tareas y trabajando, ahí está la paradoja: si trabajas para ganar dinero, no tienes apenas tiempo de ocio, y si no trabajas no puedes disfrutar del tiempo al no tener dinero.
Habría
que repartir mejor el tiempo y el trabajo, y esto pasa por crear empleos de
calidad con horarios más racionales que nos permitan tener una vida personal y
familiar aparte de profesional.
Por
si esto fuera poco, la pobreza de tiempo (al igual que la pobreza económica)
afecta en mucha mayor medida a las mujeres, que mayoritariamente son las que se
siguen dedicando a las tareas del hogar y al cuidado de hijos y mayores.
Las participación masculina en estos campos sigue siendo anecdótica, ya que incluso en los núcleos familiares en los que los hombres se hacen cargo de la casa y la familia, no hay igualdad en el reparto de tareas. Deberíamos visibilizar todas estas tareas “invisibles y no remuneradas” que hay que hacer y son necesarias.
Las participación masculina en estos campos sigue siendo anecdótica, ya que incluso en los núcleos familiares en los que los hombres se hacen cargo de la casa y la familia, no hay igualdad en el reparto de tareas. Deberíamos visibilizar todas estas tareas “invisibles y no remuneradas” que hay que hacer y son necesarias.
Que
sepas que cuando “tú dejas de hacer, los demás hacen”.
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