Hace unos días un amigo me envió un correo en el que me explicaba que tenía la solución a uno de mis mayores problemas en verano: los mosquitos.
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Por un lado, no
puedo dormir si hay mosquitos en la habitación. Tengo el sueño ligero y cada
vez que uno se acerca a picarme me despierta.
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Por otro lado, soy
muy propensa a que me piquen. Mi sangre es irresistible para ellos, si hay mil
quinientas personas más en la habitación, podéis apostar a que irán a por mí.
La solución es un repelente casero, que voy a probar en
cuanto pueda ,aún no lo he podido probar porque todavía no he “dormido” con
ningún mosquito.
INGREDIENTES
1 vaso de alcohol
25 gramos de clavos de olor
½ vaso de aceite infantil
Metemos los clavos y el alcochol en un recipiente y lo
dejamos macerar durante 4 días, y pasado ese tiempo, añadimos el aceite.
Mezclamos y ya está listo para su uso.
Yo lo he metido en un bote pulverizador y así puedo rociar
el cuerpo. No hace falta echar mucha cantidad, con un par de pulverizaciones se
supone que es más que suficiente.
Como ya os he comentado, aún no he tenido la oportunidad de
probarlo para valorar su eficacia, pero la mezcla ya está hecha.
Ahuyenta a insectos, pulgas, mosquitos, hormigas... incluso
de los animales domésticos. ¡Estoy deseando probarlo!