Lo hemos
leído mil veces, sabemos lo que hay que hacer y sabemos que no cuesta nada
hacerlo. Son pequeños hábitos para ayudar a retrasar o evitar que se produzca
el cambio climático.
Todos juntos
debemos colaborar para salvar el planeta.
Es básico,
es fundamental, es de vida.
1.
A estas alturas, y teniendo en cuenta lo
que sube (además sin medida y cuando le da la gana) la factura de la luz,
seguro que todas las casas ya tienen bombillas de bajo consumo. Ahorrar
energía es fundamental, para el medio ambiente y para nuestro bolsillo.
2.
Evita los “stand by”. No dejes
ningún aparato eléctrico enchufado si no lo estás usando: cafetera, portátil,
cargador del móvil… etc, ¿Te suena?
3.
Olvídate del coche y utiliza el
transporte público. Ahorrarás dinero y emisiones de CO2 a la atmósfera. Se
recomienda también no correr en el coche, a más de 120 km/h el consumo de
combustible aumenta hasta en un 30%.
4.
Recicla todo lo que puedas. Aquí tienes
algunas recomendaciones:
5.
Agua caliente. No te vamos a pedir que
no la utilices, pero si que lo hagas con cabeza. Se necesita mucha energía para
calentar el agua y hay tareas que puedes realizar en frio: fregar suelos, lavar
ropa…
6.
Hazte amigo de los bosques, cuida los
recursos forestales: mantén los bosques limpios, avisa de cualquier situación
de peligro (incendios, desbordamientos…)y si es posible, planta al menos un
árbol a lo largo de tu vida. Un solo ejemplar puede limpiar hasta una tonelada
de CO2. Impresionante!
7.
Evita los químicos y productos tóxicos
que degradan el medioambiente. Puedes optar por productos naturales o que no
sean tan agresivos.
8.
Economiza en envases al hacer tu compra.
Elige productos a granel y si no queda otro remedio, recíclalos.
9.
Calefacción y aire acondicionado:
Consumen muchísima energía, es conveniente usarlos sólo cuando sea necesario y
controlar las temperaturas. Si estamos en invierno, no es lógico tener 25
grados dentro de la casa y estar en manga corta. Aparte de no ser saludable
(luego vienen las gripes), es un derroche de energía.
10.
Vigila escapes de energía. Si tus
ventanas no cierran bien, la casa no está aislada y se pierde calor. Si tu frigorífico
cría hielo está consumiendo más de lo normal, igual que los grifos que gotean y
así con todo.
¿Nada nuevo verdad?
Si no eres capaz de hacerlo por el medio ambiente, hazlo aunque sea por
tu economía. Tu bolsillo y el planeta te lo agradecerán!