No hace falta apuntarse a una academia ni dar clases, todo
depende del interés, y ¿porqué no decirlo?, la facilidad que tengas.
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Tienes a tu disposición todo tipo de manuales en las
bibliotecas: gramática, lectura, vocabulario, diccionarios... etc
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Aficiónate a las versiones originales de las películas.
En este caso, la biblioteca puede ser tu aliado una vez más. No gastes tu
dinero y revisa la sección de DVDs.
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Busca en internet cursos de idiomas online. En algunos
casos incluso te podrás hacer con un título acreditativo gratis. Si quieres
conseguir una titulación oficial, cuando tengas la suficiente preparación,
puedes presentarte por libre a los exámenes de tu Escuela de Idiomas más
cercana. Sólo tendrás que pagar las tasas.
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Busca portales de internet para aprender idiomas
(Meetup) y descárte aplicaciones gratuitas. Podrás practicar en las horas que
tengas muertas: mientras viajas en el autobús, esperas al tren o tomas el sol
en la playa.
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Revisa los programas de intercambio de idiomas de las
universidades. En ellos podrás practicar con estudiantes nativos y tú podrás
ayudarles a ellos también. Además de aprender un montón, te divertirás y
conocerás gente.
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En los viajes que realices aprovecha a alojarte en casa
de gente local y convive con ellos. Es mucho más barato que un hotel, y
más enriquecedor.